Otro día aquí [Edward]

Ya había pasado un tiempo desde que conocí a Alice y a su familia. Eran todos muy unidos y bastante acogedores conmigo, bueno casi todos. Edward siempre se mantenía muy distante e incluso cuando intentaba hablarle con simpatía el se empeñaba en tomar una postura sumamente cortante. No entendía bien si era una actitud que adquiría solo conmigo o bien era asi con todos... pero para ser sincera me dolía bastante y como no?... yo me había enamorado de él con solo verlo la primera vez.

Esta semana Alice andaba algo extraña conmigo, me seguía varias veces y me tenía prohibido salir sola por las noches. Obviamente le pregunté el porqué, pero ella solo me dijo que era muy peligroso y entre rodeos me dió a entender que alguien o algo estaría buscándome para quien sabe que. Lo primero que se me ocurrió fue que alguien se haya enterado de mi don y era nada mas ni nada menos que el manicomio quien andaba tras de mi... pero luego empecé a pensar que podían haber otras cosas de por medio... cosas que quizás no tenían una sencilla explicación.
Era tal la preocupación de Alice que me prestó uno de los cuartos de su casa y me pidió que permaneciera aquí algunos días mas. Confusa le hice caso y desde entonces estoy viviendo aquí.

Era media noche y no podía dormir. Me daba vueltas en la cama de un lado a otro pero me resultaba imposible conciliar el sueño, así que decidi levantarme y bajar a la sala un rato a ver si Alice andaba por allí para conversar. Bajé las escaleras y no había rastros de nadie, al parecer o todos habían salido o quizás dormían. Me recoté en el sillón esperando a que alguien apareciera, y fue en ese lugar cuando empezó al fin a darme sueño, mis ojos se cerraron y me acomodé esperando dormirme.

Me encontraba afuera de la casa haciendo una vista de rutina que se habian hecho impresindibles desde el momento en que llegó Emma a la casa, todos la habian aceptado de una forma increíble, el único que la trataba de una forma distante era yo, la había descubierto de una u otra manera mirandome pude leer su mente y darme cuenta que ella sentia algo por mi que yo no estaba dispuesto a sentir.

Estaba pensando en mil y un cosas cuando escuché cierto sonido dentro de la casa, me acerqué a la casa sigiloso y abri la puerta de la casa de una manera que nadie me escucharía y ahi estaba ella, Emma acostada en el sofá de la casa con los ojos cerrados, sus mejillas sonrojadas debido al calor que proporcionaba la chimenea semi-encendida frente a ella, sonreí de lado al verla asi, hace cuanto tiempo no habia visto a alguien con el semblante tan tranquilo al dormir.

Las ultimas personas que habia visto asi habian sido atacadas por algun vampiro y habiamos ido a investigar quien era aquel que habia difamado el nombre de los vampiros, suspiré y la miré, tomé una manta y la cubrí con esta, sentandome frente a ella observandola tomé un libro y comencé a leerlo, supuestamente debiamos protegerla antes de que alguien la convirtiera, para mi era mucho mas facil convertirla pero sabia que despues de eso no tendria ese semblante y esas mejillas sonrojadas que tanto me hacian sonreir.

Sin darme cuenta me había quedado profundamente dormida y por lo mismo no escuché cuando uno de los integrantes de esta casa regresó.
De pronto empecé a sentir algo de frío, abrí los ojos lentamente y me di cuenta de que se me había caido al piso una de las mantas... un momento, yo no me había cubierto con ninguna manta ¿ de a donde habían salido?. Fruncí el ceño confusa y miré hacia en frente para ver con quien estaba. Di un pequeño sobresalto al ver a Edward sentado frente a mi con un libro en las manos, parecía concentrado leyendo y aparentemente no me estaba prestando nada de atención.
La chimenea seguía prendida y era lo unico que iluminaba la gran sala que esta casa tenía. Empecé a levantarme despacio hasta conseguir sentarme y fué como vi que al parecer Edward ya había notado que había despertado, pues por primera vez quitó los ojos de las letras de su libro y se dignó a mirarme a los ojos.
-Hola ... no sabía que estabas aquí- dije bajito mientras me empecé a abrigar otra vez, envolviendome con las mantas sobre mi cuerpo.... Edward por su parte no parecía tener frío, aunque bueno... lucía abrigado como para tenerlo.

Escuche algunas palabras salir de sus labios y sonreí de lado -Deberias dormir en tu habitación, estos no son lugares para dormir, si tenias frio me hubieras dicho y prendia la calefacción- dije vientras cruzaba mis manos poniendo mis codos en mis rodillas y la miraba pase mi mano por mi cabello mientras veía su reacción, nunca habiamos hablado pero era el momento de romper el hielo como decian, me pase a el sofá en el que estaba ella y me quité la chamarra, el clima estaba muy frio y se la puse sobre sus brazos ya que se estaba poniendo casi morada.

-Estas bien?- pregunté mientras tallaba un poco sus brazos sobre la chamarra para que se le fuera un poco el frio la miré a los ojos y pude adivinar su pensamiento, se estaba muriendo de pena por lo que estaba haciendo, sonreí de lado -Todo bien?- pregunté nuevamente, riendome un poco para que no estuviera tan tensa.

Miré al piso al momento en que vi que se levantó de su lugar y empezó a caminar hasta mi sitio, quería evitar la verguenza y no sonrojarme frente a él.
Si no recordaba mal, ésta era la primera vez en que me dirigía la palabra, no sabía porque antes no lo había hecho, pero me gustaba saber que por lo menos estabamos poco a poco rompiendo el hielo.
Se quitó su chaqueta y me la puso sobre los hombros cubriendo mi espalda. Yo seguía temblando y él al verme así empezó a frotar mis brazos con sus manos, ayudandome a conseguir algo de calor extra.
-Si - dije algo cortante - todo está bien- añadí esta vez con un poco más de dulzura en mi voz, la verdad es que no tenía idea como reaccionar frente a Edward. Si me ponía muy simpática creería que le estoy coqueteando y si me ponía distante iba a alejarlo aún más de mi. ¿Como debía actuar finalmente?... esto me estaba volviendo loca, quizá lo mejor para todos sería ser lo más natural posible.
-Que hay del resto? están dormidos o han salido?... - pregunté con algo más de soltura, no llegaría a ningún lado si seguía llenandome la cabeza de estupideces.
El frío poco a poco iba disminuyendo, no sabía si era gracias a las fricciones de Edward en mis brazos, o bien la chaqueta que tenía encima o simplemente por la verguenza.

Sonreí al ver a Emma totalmente sonrojada y me mordí el labio pasando mis dedos por su cabello, me aleje de ella y me recargué en el sofá -Mmm fueron a cenar- dije con una sonrisa en mis labios refiriendome a otro tipo de cenas que ella no entenderia, mire sus ojos y me fijé que era una chica sumamente hermosa, si ella me coqueteara obviamente le haria caso.

Puse mi mano en mi cabeza mientras pensaba todas estas tonterias -Y tu? No tienes hambre?- pregunté viendola y pasé mi mano por su mejilla y y la parte baja de sus labios mirando la cocina para que entendiera que yo podria hacerle la cena, si bien yo no cenaba este tipo de cosas ella era una humana y obviamente necesitaria comer para sobrevivir.

Así que habían ido a cenar todos juntos después de todo... ¿pero que hacía Edward aquí entonces?, se me hacía un poco extraño que fuese el unico que no haya ido a comer con el resto. De pronto se me ocurrió algo, Edward no había podido ir con el resto porque alguien tenía que cuidarme de quien sabe que cosa que aparentemente me buscaba. La verdad eso no me gustó mucho, no me agradaba que estuviera aquí casi a la fuerza por un mandato del resto y encima perdiendose de una deliciosa cena junto al resto.
-No tengo hambre, estoy bien- dije respondiendo a su pregunta, pero aún permanecía pensando en todo lo anterior, si seguía haciendo que Edward se ocupara de esta forma de mi, solo conseguiría que me odiara... todo lo opuesto a lo que quería que sintiera por mi.
Giré el rostro buscando su mirada -quiero que sepas que no me gusta esto que está ocurriendo y si sigo en esta casa es solo porque estoy asustada por todo lo que me ha dicho Alice - le dije sincera sin siquiera pensarlo.

Sonreí ante lo que decía y pusé mis manos heladas en su rostro haciendola que me mirara a los ojos -Debes entender que esto lo hacemos porque nos importas- dije enfatizando que nos importaba a todos -Aunque yo no sea la persona que mas demuestra sus sentimientos por una extraña razón me importas, no quiero que lo vayas a estar diciendo por ahi pero si me importas- dije mientras besaba su frente, me levante y fui a la cocina, comencé a hacerle unos huevos y una leche con chocolate.

Habia visto algunas cosas en la televisión y sabía que talvez eso le gustaria, al terminar de hacerlo se lo llevé hasta el lugar en donde estaba y se lo puse en la mesita frente al sofá -No me digas que no porfavor- sonreí mientras me iba al baño a pensar que demonios estaba haciendo

Lo miré confusa cuando lo escuché decir que le importaba, era algo que jamás pensé escuchar de sus labios y antes de que pudiera responderle algo beso mi frente y se levantó para ir a la cocina. No entendí por qué se había ido para allá pues hace unos momentos le había dicho que no tenía una pisca de hambre, pero al parecer mis palabras ni siquiera las tomaba en cuenta, Edward sin lugar a dudas era alguien dificil de llevar, por lo menos para mi resultaba casi imposible... era tan impredecible que siempre te podía sorprender con cualquier cosa.
Me preparó huevos y una leche con chocolate, los cuales dejó sobre la mesita de enfrente sobre una bonita bandeja ¿qué le hacía pensar que me lo comería? ... cierto, a él no podía decirle que no.
-Espera- dije antes de que se marchara -si te vas no pobaré ni un bocado- añadí en tono amenazante aunque más bien yo lo decía como una condición. -No me gusta comer sola- esa era mi excusa para que no se marchara, era la primera vez que hablábamos y no dejaría que terminara tan pronto.

Sonreí al escuchar que no iba a comer si me iba asi que regresé tome su mano y susurré -Solo voy al baño, regreso en un segundo- me fui al baño y me metí en este pegando mi cara al espejo "Edward que estas haciendooo" me pegué un par de veces y volvi al salón principal para el encuentro con Emma, miré su plato y su vaso y negué con la cabeza.

-Tendre que darte de comer?- pregunté mientras tomaba el plato en mi mano y con un tenedor acercaba un poco de huevo a sus labios -Abre la boquita ahi viene el avionsito- dije sin evitar las risas y un poco de broma haciendo como si fuera un avion el tenedor, haciendo el sonido de un avion al despegar, cuando comió lo primero sonreí y tomé el vaso acercandolo en sus labios poniendo mi mano bajo su barbilla para que no se pudiera escurrir un poco de leche por sus labios.

Asentí con la cabeza cuando dijo que iría al baño y lo esperé hasta que regresara, pero tal como lo había dicho en un comienzo no probaría nada hasta que el no estuviese aquí, asi que a su regreso la comida estaba intacta.
Reí cuando dijo que tendría que darme de comer pensando en que era una broma suya, sin saber que efectivamente era justo lo que haría.
Empezó a jugar con el tenedor intentando hacer que una pequeña porción llegase a mi boca, la abrí y finalmente la comida entró, tal como quería Edward.
Mastiqué despacio, la verdad es que no estaba muy apetitoso, le faltaba sal... cualquiera diría que Edward no acostumbraba a cocinar mucho. Tomé un poco de leche y decidí ya no comer más. Enrollé mis brazos en el cuello de Edward y escondí m cabeza en su hombro -ya no comeré más- dije aprovechándome de la situación, la verdad es que la comida me daba igual, pero no podía perder la oportunidad de ponerme mimosa con él.

Me sorprendí un poco al tener las manos de Emma en mi nuca y sus brazos rodeando mi cuello, la tomé de la cintura y la aleje un poco de mi -Que se supone que haces Emma?- dije mientras la separaba con sumo cuidado que no me viera muy mala onda al hacer esto, me moría por haberle robado un beso en el momento que podía pero no queria lastimarla ni mucho menos.

Ademas era nueva aqui y le faltaban por aprender muchas cosas -Entonces soy muy mal cocinero?- dije sacando la tención que tenía refiriendome a la comida que habia hecho y nisiquiera habia probado, sonreí de lado sintiendo como me ponía cada vez mas frio, suspiré y bajé mi mirada acariciando su rostro para que no se sintiera tan mal de que la separe de mi, aun seguian sus manos en mi cuello pero estabamos ya un poco separados en distancia.

Estaba perfectamente cuando de pronto Edward me alejó de su cuerpo y encima preguntandome que cosa estaba haciendo. Inevitablemente me dió un poco de verguenza, era una situación bastante incómoda sufrir cualquier tipo de rechazos y más todavía si era de la persona a la cual creías amar.
Para mi suerte Edward cambió rápidamente de tema, haciendo que dejáramos rápidamente atrás el horrible bochorno para mi.
-Si, eres mal cocinero- dije sincera pues sus huevos no me habían gustado, pero al menos agradecía completamente que se haya preocupado por lo menos de haberme dado algo para comer. -Gracias, pues se que esto no es lo tuyo- dije dejando caer mis brazos de su cuello, perdiendo el contacto físico. Tenía tremendas ganas de besarlo, de decirle que lo amaba y que estaba dispuesta a todo para que terminara sintiendo algo por mi algún día.

Me reí a carcajadas ya que habia sido super directa, tomé su mano y la bese con mis labios helados, sonreí de lado y la miré a los ojos -Gracias por la sinceridad- me senté a su lado -Y la leche esta igual de mala?- pregunté pasando mi brazo por atras de su cuello, no queria que volvieramos a tomar la misma distancia de antes, queria acercarme mas a ella pero no caer en un juego sin fin en el cual estaria totalmente involucrado con ella y sabia que la lastimaria de una u otra manera.

Suspiré mientras recargaba mi cara en el respaldo del sofa viendola y sonriendo mientras nuestros ojos cruzaban miradas y nuestros labios sonreían estupidamente como en forma de complicidad, algo estaba pasando con nostros y algo habia estado apunto de pasar solo que ambos lo aplazamos, eso no significaba que jamas pasaria solo estabamos dandole tiempo al tiempo.

Luego de reírse por mi sinceridad besó mi mano debido a mi sinceridad y volvió a preguntarme que tal estaba la leche, en tanto su brazo se colocaba por mi espalda, abrazándome de algún modo.
-La leche no está mala pues no la preparaste, solo la serviste de la caja al vaso- le dije quitándome las mantas de encima y empezando a colocarme su chaqueta como correspondía, me quedaba muy grande, pero por lo mismo me abrigaba mucho más. ¿Por qué hacía tanto frío? Me levante del sillón y miré por la ventana. Con justa razón hacía este frío, allá afuera estaba nevando aunque solo caían pequeños copos que llegaban a verse hermosos.

Volví a caminar hacia el sillón donde estaba Edward y me senté junto a él otra vez. Me volví a apegar a su cuerpo pensando en que así podría adquirir un poco de calor, pero en realidad él estaba demasiado frío y claramente no me estaba ayudando a sentirme más cálida. -Seguro que no tienes frío? puedo devolverte tu chaqueta- dije acurrucada en su pecho sin siquiera pedirle permiso de si podía estar allí o no.
Todo parecía demasiado tranquilo, lo unico que se oía era un poco los árboles afuera producto del viento y la leña de la chimenea crujir tras el fuego.

Despues de besar su mano escuché lo que había dicho sobre la leche un mohín se dibujo en mis labios, cual puchero, pero no de tristeza si no de risa –Vamos, se que no soy el mejor cocinero, pero tengo otras cualidades- dije esto poniéndome a pensar si en verdad tendría cualidades o seria un simple vampiro intentando hacer amistad con una humana. Se levanto del lugar en donde estaba mientras yo seguía en el mismo lugar sentado, me dispuse a leer su mente, ahora entendía su frío, estaba nevando afuera, las plumas de la nieve caían como si fuera navidad pero que extraño era todo esto y a su lado se volvía hermoso.

La observe caminar con suma gracia y delicadeza en mi dirección decidió sentarse junto a mi, esta vez pegando su cuerpo al mio, sonreí al sentir un escalofrio apoderarse de ella debido al frio que había fuera y el que emanaba de mi helada sangre –Estoy seguro que no quiero mi chaqueta- dije tras escuchar sus palabras, tomé las mantas que estaban en el piso y las heché sobre nuestros cuerpos para que nos cubrieran del supuesto frio que se había apoderado de la casa, cerré los ojos y sentí como ella se comenzó a acomodar en mi pecho –Tienes sueño?- pregunté mientras mi mano instintivamente iba a su espalda y comenzaba a caminar con mis dedos desde su nuca hasta la parte baja de la misma, una y otra vez como si en ello se me fuera la vida.

Estaba segura de que tenía muchas más cualidades, no había duda de ello, ademas... ¿que importaba que no supiera cocinar? a mi la verdad me daba lo mismo pues nunca había sido la comida una prioridad en mi vida.
Sentí su mano recorrer mi espalda, convirtiendose en caricias que me ayudaban a encontrar algo de calor en medio de esta fría noche que nos acompañaba.
-Solo un poco- respondí a su pregunta respecto a si tenía sueño, debía reconocer que estaba bastante relajada en sus brazos pese esa otra parte de mi que realmente estaba nerviosa tras el contacto físico.
Suspiré y me puse a pensar en la situación, ¿quien diría que en este pueblo encontraría a alguien como él? era perfecto, lo que siempre busqué en un hombre y resultaba tratarse nada mas ni nada menos que del hermano de una nueva amiga. Todas estas manifestaciones del destino me tenían demasiado confusa pues si no fuese porque supuestamente alguien me busca, no estaría viviendo en casa de los Cullen y por lo tanto, compleamente alejada de mi Edward, ya que en la vida diaria ni a él ni a sus hermanos se les ve mucho por el pueblo.
-Quien es? ... - dije sacando mi cabeza de su pecho para mirarlo -Quiero decir... por qué me buscan? no entiendo nada, por favor ayudame- le dije en tono de suplica.

Mi mano recorría de manera tranquila su espalda mis labios entre abiertos debido a que tenia que aguantarme un poco la respiración por estar con una total humana que el olor de su sangre me llamaba muchísimo, sonreí cuando escuche que tenía un poco de sueño, rato después deje de escuchar su voz y creí que había logrado quedarse dormida, mis caricias seguían en su espalda y mi mirada fija en la chimenea de la cual brotaban pequeñas partículas de fuego llegando a hacer una danza infinitamente bella entre ellas.

Su respiración se acelero un poco y la miré algo confuso ya que no sabia que era lo que estaba pensando, decidí adentrarme en sus pensamientos ¿quien diría que en este pueblo encontraría a alguien como él? era perfecto, lo que siempre busqué en un hombre y resultaba tratarse nada mas ni nada menos que del hermano de una nueva amiga. Sonreí negando con la cabeza, no podía creer que se hubiera fijado en mi tras los malos tratos que había recibido de mi parte, la acerqué mas a mi mientras seguía viendo las chispas brotar en la chimenea.

Al escuchar su voz Salí de mi trance “Quien es?” me preguntaba que quien era quien la buscaba, la noté un poco nerviosa, y suspiré mientras tomaba aire para buscar una respuesta coherente a la pregunta que me había hecho, la miré a los ojos y susurré –No tienes por que temer, nosotros te protegemos eres una mas de la familia, yo siempre estaré contigo esta bien?- dije al ver sus ojos suplicantes en busca de protección.

Edward pareció estar desconcertado en un principio por mi pregunta, pero luego me respondió con su perfecta voz aterciopelada. Yo no dudaba de que me protegieran, de hecho todos estos días lo estaban haciendo con mucha rigurosidad y cautela, asombrándome pues solo nos habíamos conocido hace poco menos de un mes y ya casi me consideraban como una más de la familia. ¿Por qué pasaba esto? ¿Eran así con todo el mundo? o a caso era porque tenían algun tipo de relación con quien me buscaba?. No entendía nada y mi cabeza estaba llena de dudas, solo sabía que nadie quería hablarme directamente del tema y eso me frustraba mucho más... de hecho me atemorizaba mucho esconderme de alguien que no sabía ni quien era , ni que quería realmente de mi.
- Conozco la buena voluntad de todos por cuidarme, pero no saber nada me hace más vulnerable a todo - susurré sin mirarlo, estaba concentrada en mis pensamientos y tenía susto la verdad.

Suspiré tras escuchar su voz y sus pensamientos estaban totalmente hilados ella no me mentiría, no a mi y lo sabía, al escuchar sus palabras sonreí de lado –No seras vulnerable a nada, porque yo siempre estare a tu lado y no dejare que te lastimen, confias en mi?- dije mientras tomaba su mano y la miraba a los ojos siendo mas sincero que nunca, estábamos teniendo una charla que ella no había tenido ni con Alice que se suponía era su mejor amiga, sonreí de lado.

La abracé y sonreí en el abrazo, la chica me daba mas ternura que nada y era mi deber protegerla y que no le pasara nada, no había vuelta atrás, era un hombre de palabra y no iba a lastimarla nunca, nuevamente mi mano comenzó en su danza en la parte de su espalda y nuca sonreí de lado al sentir su escalofrio –Quiero que olvides todo lo malo que te ha pasado y te enfoques en lo bueno, quiero que toda tu tensión se vaya y vamos a salir de esto juntos ok?- dije mientras mi acariciaba su espalda.

Claro que confiaba en el y en prácticamente toda su familia, de no ser así no estaría viviendo en esta casa. Apreciaba mucho las palabras de aliento de Edward, pero lamentablemente no era suficiente para que reinara otra vez la calma en mi. No sabía que Edward también estuviera tan interesado en cuidarme, creí que lo hacía de mala gana porque el resto se lo pedía... pero me gustaba saber que al parecer mis prejuicios eran falsos.
Siempre había pensado que no le caía bien o algo así, pero en esta primera instancia de conversación pude entender que Edward era una persona dulce después de todo, aún considerando esa fría postura con la que andaba siempre.
-No se por qué nadie quiere hablarme del tema, la verdad me molesta un poco- volví a mirar a Edward con algo de molestia, aunque claro... no me duró mucho al ver ese rostro perfecto que me encantaba. Quería besarlo y decirle de una vez lo que sentía por el... pero sería una estupidez, con eso lo alejaría completamente de mi, mejor tenerlo de amigo que de nada.

Sonreí y bajé la mirada al escuchar lo que me decía -Tienes razón nadie te dice nada pero es por tu bien, solo confía en mi y confía en lo que hago todo lo que haga de aqui en adelante sera por tu bien ok?- dije viendola, no queria parecer un tarado alado de ella que solo la viera con esos ojos tan tontos que la veía, me gustaba Emma, me gustaba mucho pero tenía miedo de lastimarla o de poder hacer algo en contra de su integridad fisica.

Me separé de ella y me acosté en el suelo -Hace mil años que no estaba con una persona asi- dije viendola desde mi angulo y sonreí al ver que estaba un poco sorprendida por las cosas que hacía, era hiperactivo y me gustaba hacer cosas impredesibles, y creo que eso a ella le llamaba mas la atencion de mi.

Me mordí el labio mientras ambos nos veiamos, la tomé de la mano -Vemos si hay algo para que comas?- dije tras escuchar algun sonido de su estomago por el hambre que tenía aqui no eramos de comer todos intentabamos ser normales frente a ella pero nadie comia y enrealidad no sabiamos como hacer la comida de un buen gusto para ella asi que ver si habia algo que no necesitara preparación para ser bueno.

Fruncí el ceño confusa al ver que Edward otra vez más cambiaba de posición y esta vez se tendía sobre la alfombra de la sala. Ok, ya había entendido la parte en que era todo por mi bien y no se que, pero no era suficiente información... yo quería saber la verdad de todo esto, merecía saberlo pues se trataba de mi propia integridad después finalmente.

Así que Edward hace mucho que no estaba con alguien asi?... a que se refería con eso? osea, ok se que es un antisocial innato, pero es que a caso no tiene amigas o algo asi?... Iba a preguntarle sobre eso cuando de pronto irrumpió mi estómago, sonando de una forma no muy elegante. Vaya, Edward me había pillado, tenía hambre después de todo pero es que no podía decirselo tras el fracaso de su comida, pero para mi suerte esta vez prefirió ofrecerme algo preparado.
Me levanté del sillón y caminé hacia la cocina junto a él. -Veamos.... que podemos encontrar- dije pensativa empezando a abrir las despensas. No había mucho ahí dentro la verdad, más bien era como lo justo y necesario, no tenía ganas de cocinar asi que esperaba tener suerte encontrando algo que solo tuviese que calentar o algo así. Perfecto! galletas de vainilla, no pedía más que eso. Saqué el paquete y se lo mostré a Eddie con una sonrisa -encontré mi cena- dije enrollando mi brazo en el de Edward, caminando otra vez hacia la sala para sentarnos. Era evidente que no quería despegarme de él esa noche, y menos cuando era la primera vez en que me dirigía la palabra, asi que no desaprovecharía la oportunidad de compartir este momento por completo junto a él.

Me reí cuando nos paramos juntos para ir a la cocina a ver que habría para comer, me paré en el marco de la puerta esperando que encontrara algo de comer, se veía tan hermosa buscando y rebuscando las cosas, en la cocina no había demasiadas cosas para comer solo lo necesario pues era todo para ella y haríamos compras en cuatro días mas, me hubiera gustado ir con ella de la mano por los pasillos del mal, me encontraba metido en mis pensamientos hasta que escuche su dulce voz decir “Encontre mi cena” sonreí mientras ella me alcanzaba y me reí –GALLETAS DE VAINILLA? Eso no es cena- dije mientras se las quitaba de la mano y las abría yendo hacia el sofá con ella casi colgada de mi brazo.

Me gustaba estar con ella era una chica muy agradable y jamás había conocido a alguien que me llamara tanto la atención, me senté con ella frente a la chimenea y susurré –Eres rubia natural o te pintas el cabello?- saqué una galleta del empaque y se la di en la boca como si de una bebé se tratara –Abra la boca que ahí viene el avionsito- dije mientras hacia otravez sonidos con mi boca, era lo que hacia para hacerla reír.

Bueno cierto, mis galletitas no eran para nada nutritivas -Y que quieres que haga? no había mucho ahí dentro, además no quería cocinar- dije aún caminando hacia la sala con mi brazo enrollado al suyo.
Volvimos a sentarnos otra vez frente a la chimenea y empecé a comer de las galletitas. -Claro que soy natural ¿que creías?- dije rodando los ojos y acomodando mis pies sobre la mesita que teníamos en frente. Intentó darme en la boca la galleta, pero se la quité de la mano y me la comí, no me gustaba que pensara que era una bebe, pues la verdad ya prácticamente era una adulta... verdad?.
Me parecía extraño que Edward no comiese absolutamente nada, la verdad era un poco injusto que me obligara a comer cuando el realmente no lo hacía, en fin, quizá no tenía hambre. Fué ahí cuando recordé que cuando me pilló aqui en el sillón dormida el venia de la cena.
-Dijiste que podría confiar en ti verdad? ... - dije sin dejar de comer mis galletitas -tengo un secreto que siempre he querido decir y por alguna extraña razón creo que tu serías el indicado pues tengo fe de que no me juzgaras de loca- quizá me arrepentiría, pero algo me decía que el era la persona correcta.