Paseo matutino [Felix]

Me desperté temprano buscando el cuerpo de Edward en la cama, pero por más que estiraba los brazos buscándolo... no había aparente rastro de él. -Edward?- susurré sin muchas fuerzas y tras no oír respuesta abrí los ojos lentamente... ¿en donde se había metido? y si se había ido ¿por qué no me había desperado?. Bostecé y me senté en la cama, mirando la habitación para ver si encontraba algo diferente, pero nada... el cuarto estaba intacto, tan ordenado como siempre excepto por un curioso papel doblado justo sobre la pequeña mesa a un lado de la cama. Me envolví con la sábana y me levanté caminando hacia ella. La tomé en mis manos y la leía con detención.
-Sali de caza con Emmet y Jasper, espero estar pronto de regreso- decía la nota. Sonreí de lado entendiendo que había salido a alimentarse y me fui directo a la ducha. No tarde demasiado y tras abrigarme bastante para soportar el clima se me ocurrió dar un paseo, aunque claro no me alejaría mucho de la casa, pues no quería preocupar a nadie.
Eché a andar tras darme cuenta que no había nadie en la mansión y caminé entre los árboles durante varios minutos maravillada viendo como habían tantas flores aquí en el interior del bosque. Ya se, había dicho que no me alejaría mucho, pero es que cada vez que avanzaba me encontraba con más y más preciosas flores, incluso se me ocurría llevar un ramillete para darselo a Esme, pues siempre renovaba las flores del jarrón que estaba al medio de la sala.

Estaba de lo mejor paseando cuando de pronto oí una extraña voz que me hizo estremecer. Me quedé inmovil unos segundos y luego cogiendo valor me dispuse a mirarlo. Era un chico mayor que yo, pero no lucía del todo normal. Tenía su piel demasiado pálida... como la de Edward y no solo eso, sinó que tenía los ojos rojizos. Fruncí el ceño entendiendo que todo indicaba que se trataba de un vampiro... de otro, no de un Cullen amigable. Al parecer este tipo era uno de tantos de los cuales supuestamente tenía que cuidarme.
¿Como es que había llegado hasta aquí tan lejos? ni siquiera me había dado cuenta de cuanto me había apartado mirando las flores y todas esas cosas, fui una estúpida ¿como saldría de esta sin Edward ni ninguno de los Cullen cerca?. Tendría que hacerme la desentendida, si le mostraba que sabía que era un vampiro y todo eso, seguramente sería peor.
-Buenas tardes... y no, no se me perdió nada solo venía por unas flores pero ya me voy- dije agachándome jalando algunas para disponerme a irme.

Esa risa malévola que soltó me hizo estremecer y antes de que pudiera echar a correr me cogió de la mano muy fuerte, al punto de llegar a lastimarme.
Al principio intenté forcejear para arrebatarle mi mano, pero era inútil, no podía safarme de él... pues obviamente mi fuerza no se medía a la de un vampiro, ni siquiera podría contra un hombre común y corriente, pues mucho menos con él. -Sueltame!!! por favor!! no tengo idea de lo que me estás hablando, no se a quien buscas- dije intentando convenserle de que estaba equivocado en todo lo que decía. Veía como cada vez me iba alejando de la casa de los Cullen y con ello también se iba mi posibilidad de sobrevivir ilesa a esto. - Me lastimas.... por favor ... - le dije en tono de súplica, era cierto, aún me dolía mucho el cuerpo por la otra noche que había pasado con Edward.

El extraño parecía disfrutar al oír que me lastimaba, como podía haber alguien tan cruel?, en serio me dolía todo el cuerpo y más mi mano que la apretaba a poco de arrancarmela.
Oí que tenía que entregarme entera y que solo por eso iba a soltarme un poco, fruncí el ceño sin ganas de responderle una sola palabra. Me preguntó que si tenía un don y claro que lo tenía... cierto!!! mi don, con él podré librarme de este tipo, pues ya había comprobado con Edward que también funcionaba con vampiros. Afortunadamente mi don resultaba gracias al tacto, y pues como el joven vampiro me jalaba de la mano, ya cumplía con el requisito fundamental para aplicarlo en él, es más ... ni siquiera se daría cuenta. Lentamente empecé a robar su energía, asi en transcurso de un rato caería dormido y yo podría largarme de aquí sana y salva de regreso con los Cullen. Todo iba marchando bien hasta que de pronto se dio cuenta que algo no funcionaba bien en él y que lentamente empezaba a debilitarse, eso me puso algo nerviosa y pues necesitaba estar tranquila para que mi don hiciera efecto en él.
-He? a que te refieres?- dije haciendome la desentendida otra vez.

Lo había logrado finalmente, había dormido al fuerte vampiro que pretendía no soltarme y llevarme a quien sabe donde con quien sabe quienes. Cayó al piso rendido aflojando lentamente mi mano y a penas pude se la quité para sobarmela un poco con la otra mano, la verdad me seguía doliendo.
Me alejé de él y caminé lo más rápido que podía pues mi cuerpo maltratado no me dejaba correr. ¿Donde estaba ahora? jamás había venido a esta parte del bosque, y mucho menos sola ... la verdad es que no tenía idea como llegar a la casa de los Cullen desde aquí, pero no importa, debía avanzar lo mas lejos posible del vampiro, porque no sabía cuanto tiempo iba seguir haciendo efecto mi don en él.