Nada como una Sopa de Pollo para curar un intento de resfriado {Emma}

A que se refería con que no le importaría si volvía a pasar? significaba que no le importo? o quizas que no le molestaba? o tal vez en que confiaba en que no volvería a pasar? las preguntas me tenían la cabeza echa un lío, y no dejaba de moverme para despejar mi mente, en eso fue que Edward besó mi hombro al estar justo detrás de mi mientras sacaba los condimentos.
Me dió escalofríos y el se rió mientras empezó a calentar el agua para nuestra sopa.
-Guapa?- repetí con algo de asombro, realmente lo creía o era por lástima luego de rechazarme tras el beso?. Sus dedos fríos me seguían poniendo nerviosa, tanto que me olvidé de responder a su supuesto halago.
Tomó mi mano que estaba entrelazada con la suya y la beso para luego mirarme con esa sonrisa que a mi juicio era perfecta.
Luego de besar mi mano, él dejo caer las nuestras, me acerqué a su pecho y puse mi cabeza allí para darme cuenta si su corazón latía igual de fuerte que él mio en estos momentos. Me quedé ahí un par de segundos ...
No podía ser cierto... no escuchaba absolutamente nada. Fruncí el ceño incrédula aún, sin entender por qué no oía su corazón latir, esto era muy extraño. Salí de su pecho y quité mi mano de la suya, dando algunos pasos hacia atras, confusa y atónita.
-No late... - dije sin poder quitarle la vista de encima, no entendía nada y ya empezaba a asustarme. ¿Que rayos estaba pasando? se me venían un millón de cosas a la cabeza, pero todas tenían que ver con algo sobrenatural, algo que no me gustaba y me daba muchísimo miedo... que rayos era Edward?.

Cuando se acerco a mi pecho y me dijo “No late” suspiré y la miré con ojos sumamente tranquilos, la tomé de la mano y me fui a sentar sentándola en mis piernas –Tengo que confesarte algo, pero tienes que prometerme que vas a guardar el secreto- la miré y besé su mejilla lentamente mientras acariciaba su brazo en forma insistente mientras subia y bajaba con mi mano y besaba una y otravez su delicado hombro sintiendo sus estremecimientos y sonreía mientras ella se estremecía.

-Primero que nada, tu porque crees que sucede esto en mi cuerpo- dije mientras besaba su cuello y descendia a su hombro lentamente mientras las caricias en su brazo se hacían firmes y lentas, para que no tuviera miedo y estuviera totalmente tranquila, sabia como tranquilizar a alguien era mi trabajo básicamente, sonreí al pensar en esto como trabajo y seguí besando su hombro.

En medio de mi asombro Edward cogió mi mano y me llevó rápidamente hasta una de las sillas, sentándose y haciendo que yo lo hiciera sobre sus piernas. Empezó a acariciar mi brazo intentando que me tranquilizara, mientras yo por mi parte estaba sólida como una roca tras la tensión. Esto no estaba bien y poco a poco empecé a sentir más miedo una vez asumía lo que estaba pasando en realidad.
Sus palabras eran del todo aún más confusas, y mi mente estaba en otro lado como para poder ser capaz de responderle con coherencia.
Quería irme, escapar de allí. Iba a levantarme de su cuerpo, pero sus caricias se volvieron más firmes y lentas lo que ayudó a que me calmara un poco.
Seguía con el ceño fruncido, no entendía nada y estaba muy desorientada. De pronto todo lo que creía seguro comenzó a parecerme todo lo contrario... "¿Los Cullen querían cuidarme? quizá es de ellos mismos de quien debo esconderme..." pensaba en mi interior intentando haciendo relación a todo lo que estaba entendiendo poco a poco.
-Tu ... no eres normal- susurré sin poder verlo a los ojos, empecé a sentir miedo otra vez, tanto así que no tenía el valor para moverme de su lado, creí que iba a matarme tal cual como si se tratase de una especie de monstruo infernal.
-No tienes que explicarme nada, por favor... solo no me mates- volví a susurrar en tono de suplica mientras cerraba los ojos empezando a temblar, no sabía lo que tenía conmigo en esos momentos y solo quería llorar pues estaba aterrada pensando en lo que podía hacerme este especimen del cual tanto me había enamorado.

Mire cuan asustada se encontraba suspiré y mis caricias seguían siendo lentas pero a la vez un poco menos firmes, bajé la mirada al adentrarme en sus pensamientos –Si, tienes razón soy un monstruo… Pero no fue mi decisión serlo, y tampoco fue la decisión de nadie, todos estamos aquí por una razón, y jamás te haríamos daño, intentamos protegerte, cuidarte, eres importante para nosotros- la miré a los ojos, esos ojos que tanto me gustaban que ahora reflejaban miedo, baje nuevamente mi mirada y mi mano cayó instintivamente.

-Lo mejor será que finjamos que no sabes nada, pero creo que mereces saber la verdad, dime que piensas que somos, no pienso matarte ni mucho menos, tu eres muy importante para mi aunque lo dudes- susurré mientras besaba su cuello lentamente como si fuera la ultima vez que lo fuera a hacer, pasé mi mano por su cintura como si fuera un piano cuyas teclas fueran la razón de mi supuesta vida, mis dedos bailaron por su cintura mientras sentía como ella iba tranquilizándose y dejándose llevar con mis caricias, lo que menos quería era que se alejara de mi pero si eso era lo mejor lo asumiría con todas las reglas.

"¿Que piensas que somos?"...Osea que aquí todos eran bichos raros como él... de que se trataba todo esto? ¿como podría saber yo que rayos eran?.
Las palabras de Edward me hacían entender que quería decirme toda la verdad, pero no podía hacerlo explícitamente, parecía ser que él quería que lo adivinase por mis misma, como si tratase de cuidar un pacto de lealtad o algo por el estilo. Las caricias que me daba sin duda me estaban calmando, pues si no fuera así no se me estarían ocurriendo tantas ideas, mas bien estaría inmovil llorando como una loca sin poder pensar en nada más que en que Edward me mataría. Yo confiaba en el pese a todo, quiza era porque lo amaba o tal vez algún instinto, pero cuando me decía que jamás me haría daño... yo si le creía.
Suspiré tras sentir la delicadeza con la que acariciaba mi cintura, como si fuese de porcelana y con cualquier movimiento en falso se pudiese romper.
-Yo... yo no se que eres- dije aún confusa, tenía que concentrarme de verdad.
Un momento... "Si, tienes razón soy un monstruo…" yo en ningún momento dije eso, yo solo lo había pensado... leyo mi mente!!! exaclamé para mis adentros, todo indicaba que él también tenía un don como el mío, lo que en ese caso yo también era un bicho raro como él. Vamos Emma... no es solo eso, él es diferente a ti, su corazón no late... su cuerpo extremadamente frío... "Hace mucho que no dormía de esta forma"... recordé esa frase. No me gustaba hilar todos estos pensamientos, me hacian creer que ...
-Vampiro... eso eres- dije sin mirarlo a los ojos en una especie de estado de shock.

Todo estaba tan tranquilo que yo no podía dejar de acariciarla comencé a besar todo su cuello, sus hombros, hasta escuchar el “Yo no se que eres” de repente me fui a su mente y sus pensamientos comenzaron a hilarse tanto que logro dolerme la cabeza “Vampiro… eso eres” me quedé estatico un segundo y mis movimientos que eran mas caricias siguieron de un momento a otro y susurré en su oído –No quiero que te espantes y porfavor mantenlo en secreto- comencé a besar nuevamente su cuello con besos tiernos y lentos bajando hacia sus hombros y sus brazos y la parte alta de su espalda.

Senti como se estremecía tras escuchar mis palabras sentí su cuerpo vibrar con un temor pero a la vez seguridad sonreí al sentirla de nuevo mia, entregada totalmente a las caricias que yo le proporcionaba, suspiré al sentir que no la perdería como me estaba imaginando segundos a tras, cabe mencionar que esto sucedió en segundos que a mi parecer fueron años, siglos, mas de lo que había vivido.

No podía creer lo que estaba sucediendo, estaba atónita no podía ser cierto que Edward fuese un vampiro... El no dejaba de acariciarme en ningún momento, recorría mi espalda con su diestra mientras que a ratos besaba mi cuello con mucha delicadeza, consiguiendo de esta manera que lograra tranquilizarme dentro de lo que se podía. Era obvio que lo iba a mantener en secreto, no tenía que dudar de ello... pero lo de no espantarme... era complejo por decir lo menos. Luego de saber todo esto no podía actuar como si nada hubiese pasado, en parte seguía teniendo miedo por verme enfrentada a estar con alguien de sus caracteristicas, alguien con un instinto probablemente dificil de controlar y en donde te podías transformar en su cena en cosa de segundos. ¿Como se me ocurría venir a vivir a una casa llena de vampiros? es mas ... como podía llamarle seguridad a esto?...eso significaba solo una cosa, quien me buscaba era aún más peligrosos que ellos, ¿podía ser eso posible? el hecho de pensarlo era aterrador.
-Por favor... ahora si dime quien me busca- susurré asustada, no podía tomar esto a la ligera.
No pude soportarlo más y enrollé mis brazos en el cuello de Edward, volviendo a apegar mi cuerpo al suyo, escondí mi cabeza en su hombro e intenté aguantarme las lágrimas, por qué tenía que ser él uno de esos?... cualquiera menos él ... lo amaba profundamente pero no podía negar que también le temía.

Acaricie su rostro y enseguida se vino contra mi y sus ojos estaban cargados de largirmas suspire, ella merecia saber la verdad del asunto -Te buscan nuestros superiores, se les llama Vulturis, son muy poderosos y te buscan por el poder que tienes, de robar energia, no podian creer que pudieras hacerlo hasta con un vampiro, ni yo mismo lo creia- susurre esto ultimo mientras acariciaba su espalda y la tomaba del rostro.

-Porfavor no me temas, no quiero que me temas por que no te voy a hacer daño yo te protegere, siempre estare para ti- susurre mientras besaba nuevamente su cuello sintiendo el contraste de mi piel helada con la tibieza de la suya, suspire y comence a acariciar lentamente su espalda llegando hasta la parte baja, subiendo nuevamente hasta su nuca, ella se estremecio e instintivamente recorde el delicado beso que nos habiamos dado, la electricidad que ambos habiamos sentido. Sonrei y la mire a los ojos.

No podía creer lo que me estaba contando, parecía una historia aterradora en la que desafortunadamente estaba directamente involucrada.
No podía desconfiar en Edward, no podía no creerle... no sabía porqué, pero algo me decía que no mentía y que sus verdaderas intenciones si eran protegerme.
Comenzó a acariciarme otra vez para que de ese modo me tranquilizara y vaya que lo consiguió, es más... creo que él era el unico que lo conseguiría en todo el mundo. Volví a recostarme en su cuerpo ya mas tranquila, mientras intentaba que mi cabeza procesara todo lo que estaba pasando. Así que me querían por mi don... pero Edward también tenía uno, ¿por qué no lo buscaban a él también?... Un momento, su don... ay no, Edward lee mentes... lee la mia!!!
Apreté los ojos sin querer volver a mirarlo en un buen tiempo, él ya sabía todos mis sentimientos hacia él, no había nada más vergonzoso en estos momentos, me sentía horrible, tanto así que el hecho de que me buscaran para quien sabe que ya había pasado a segundo plano para mi.

Me meti a su mente ya que estaba sumamente callada me acerque a su cuello y me rei cuando "descubrio" que sabia mis sentimientos hacia ella me acerque a sus labios alzandosu rostro con mis manos y mis labios se posaron en los suyos sintiendo esa coneccion que habiamos tenido antes pero esta vez decidi ir un poco mas alla, con mi lengua abri sus labios y tome su labio inferior con los mios asi besandola de una manera tierna pero mas que solo un besito.

Al ver que reaccionaba de buena forma meti mi lengua en sus labios y busco la suya instintivamente lamiendola y jugando un poco con ella, mis manos seguian en sus mejillas que se habian puesto calientes debido a la sangre que habia subido por sus torrentes posandose como un sonrojo en sus mejillas, segui besando sus labios sintiendo como ella comenzaba a responder mi beso.

Escondida sin querer mirarlo, Edward tomó mi rostro con ambas manos y lentamente fue acercándose a mis labios mientras yo no entendía absolutamente nada. Llegó hasta mis labios y tras besarlos, lentamente empezó a introducir su lengua, haciendo que se encontrara con la mia y ambos empezamos a moverlas. Tenía mis ojos cerrados, no podía mirarlo aún, mas bien estaba concentrada en este beso que me daba escalofríos por la diferencia de temperaturas que ambos teníamos. Mi piel se erizo, y no sabía si era por lo frio de sus labios o bien por los nervios que este beso me producia.
Un poco más osada y a la vez mas relajada, llevé mis manos hasta sus mejillas ayudando a que nuestro beso fuese un poco más apasionado. Estaba sumergida en un extasis total, jamás imagine que fuese Edward quien tomara la iniciativa para besarme... esto era mucho mejor de lo que podría imaginar.

Nos estabamos besando como nunca imagine poder besarla, el beso dejo de ser pausado y se volvio apasionado de un momento a otro, mis manos bajaron de su rostro hasta topar con su cintura y su cadera acariciandola con mis manos apretandola hacia mi, mordiendole el labio inferior levemente, comence a bajar con mis labios hacia su cuello, lamiendo su oreja subiendo hacia ella, me acerque a ella nuevamente a sus labios y tome sus manos poniendolas alrededor de mi cuello.

-Espere mucho tiempo por esto- segui besando sus labios sintiendo como cada segundo que pasaba se hacia mas apasionado, mas lento, mas profundo, mis manos en sus caderas apretandolas cintiendola cada vez mas cerca, sintiendo su respiracion, meti mis manos dentro de su blusa para acariciar sus caderas desnudas mientras nos besabamos.

Poco a poco el beso se volvió un poco más apasionado que tierno. Las manos de Edward se deslizaron hasta mi cintura, haciendo que nuestros cuerpos se apegaran aún mas pese a yo seguir sentada sobre sus piernas. Luego besó mi cuello y parte de mi oreja haciendo que me dieran cosquillas, en donde sonreí mientras otra vez sus labios se volvían a unir los mios.
Mis manos que estaban en sus mejillas, Edward hizo que descendieran hasta su frío cuello y las dejé allí reposando mientras a tratos hacía que jugaran con parte de su pelo.
Sus palabras me desconcertaron, que había esperado mucho para esto?... no entendí bien a que se refería pero solo respondí con una sonrisa mientras rápidamente sus labios volvieron a mi.
De pronto sentí como si un trozo de hielo tocaba mis caderas por debajo de la blusa, di un sobresalto haciendo que me separara de los labios de mi vampiro. Lo miré aún con mis manos en su nuca y mordí mi labio inferior -lo siento... tus manos están muy frías- dije justificando por qué me había separado un poco y de repente empecé a temblar otra vez.

Me reí cuando se separo y me dijo “Lo siento… tus manos están muy frias” sonreí de lado y bese nuevamente sus labios –Crees poder acostumbrarte a mi frialdad?- dije mientras besaba sus labios nuevamente metiendo mi lengua entre ellos, mi vicio, ella ahora era mi vicio, no podría dejarla de besar tan fácil como cualquier cosa, mis manos la apretaron hacia mi y sonreí –Estas bien?- dije mientras la sentía temblar en mi cuerpo y mordí su labio inferior sonriendo.

Suspiré mientras le alzaba nuevamente la blusa sintiendo el contraste de su piel caliente con mi piel casi al punto de congelarse, hacíamos una buena pareja, me gustaba estar con ella sintiéndola tan cerca de mi –Me gustaría que este momento jamás acabara- dije sonriéndole acariciando su espalda lentamente sintiendo como se estremecía entre mis manos.

Que si me acostumbraba?.. pues más me valía que eso pasara, ya que no pensaba alejarme de él ni de sus besos hasta que se aburriera de mi.
Asentí con la cabeza a sus palabras y sin esperar mucho volvimos a besarnos.
No sabía en que momento las cosas habían cambiado hasta adquirir este ritmo, lo ultimo que recordaba era que había descubierto que era un vampiro y luego no se que pasó que terminamos besándonos de esta manera... en fin daba igual, lo importante solo era lo que estaba pasandonos más que la explicación misma. Volví a dar un sobresalto al sentir nuevamente la mano de Edward bajo mi blusa, tenía que acostumbrarme y dejar de saltar de esta manera, pero no sabía como evitarlo, era muy dificil.
En medio de los besos Edward mordió mi labio inferior haciendo que este lamentablemente sangrara... Edward con fuerza me apartó de su cuerpo haciendo que me cayese sobre la mesa. Me quedé ahí quieta y adolorida, no entendía bien que había pasado cuando todo iba tan bien... Fruncí el ceño mientras trataba de levantarme, pero la verdad es que me había golpeado bastante fuerte, Edward tenía muchísima fuerza además de ser muy rápido como para reaccionar y no terminar sobre la mesa.

Le mordí el labio fuerte haciendo que le sangrara, me aleje de ella y cayó de la silla -Porfavor limpiate esa sangre- susurré mientras intentaba ayudarla a pararse, su delicioso olor me gustaba, el olor de su sangre era sumamente rico, sonreí y me puse la mano en la nariz -Perdon por tirarte- susurré mientras la paraba y limpiaba su labio con mi dedo y lamía mi dedo para probar su sabor, me derretí al momento que sentí su sabor en mis labios, era simplemente delicioso, no sabia cuanto tiempo habia pasado que no bebía sangre de un humano, me estremecí y suspiré.

Volví a poner mi dedo en sus labios limpiando otra gotita de sangre y me la metí a la boca nuevamente suspirando ante su sabor, cerré los ojos degustando su delicioso aroma y sabor tan agradable a mi gusto este era el mejor sabor que habia probado en muchisimo tiempo.

Iba a limpiarme la sangre del labio pero el se me adelantó y me paso uno de sus dedos por mi boca para luego lamerlo y probar mi sangre. Su cara me mostraba un placer absoluto, le había gustado muchísimo y por mas que tratara de entenderlo no entendía como algo tan asqueroso pudiese gustarle tanto... Seguía sobre la mesa y Edward solo se preocupaba de probar cada gota de sangre que salia de mis labios, sin siquiera darse cuenta de que me había lastimado mucho más con el empujón que con la mordedura que me había dado.
Parecía extasiado con el sabor, pues por más que lo miraba el parecía estar en otro planeta al momento de saborear su dedo.
-Edward... - susurré para llamarle la atención, pero hacía caso omiso a mis palabras -puedes ayudarme a levantarme?- le pedí bastante adolorida, parecía como si nisiquiera se había dado cuenta de la fuerza que había usado conmigo con tal de alejarme de sus garras en ese momento.

De pronto me encontraba sumergido en el sabor exquisito de su sangre, cuando escuche su voz exclamar mi nombre gire mi mirada hacia ella y la vi tirada en el suelo, la ayude a ponerse de pie y la tomé del rostro –Perdon mi niña no me di cuenta que tanta fuerza utilicé para alejarte de mi- la abracé lentamente y la senté en la silla que yo me encontraba acaricié su brazo viéndola, -Creo que la que necesita sopa de pollo eres tu- susurré mientras besaba dulcemente sus labios y me separaba de ella para ir a prepararle la sopa.

No entendía el porque funcionaba para hacer sentir bien a la gente mejor una sesión de besos o algo asi a mi me haría sentir eso muchísimo mejor que una simple sopa de pollo, asi que me acerqué a ella y susurré –Me perdonas?- puse mi mejor cara de gatito para que me perdonara, sabia que no podría contra eso.

Me ayudó a levantarme hasta conseguir sentarme en la misma silla en la cual nos habíamos estado besando tan deliciosamente hace minutos atrás.
-Claro que te perdono, no te preocupes- dije sobandome uno de mis brazos, la verdad no estaba exagerando, de verdad me dolía casi todo el cuerpo.
Empezó a continuar con la preparación de la sopa, pero esta vez todo indicaba que iba a ser para mi, pues ya no hacía falta fingir con lo del resfriado... ya había descubierto que realmente se trataba de un vampiro y no de una enfermedad que le daba esos síntomas tan extraños.
-No hace falta la sopa Edward- le susurré, pero el parecía insistir en la idea de prepararmela, asi que no me puso mucha atención y continuó con lo suyo.
-Oye ...- dije con una pequeña mueca aún sentada, quería entablar una conversación mientras él cocinaba - que se siente ser vampiro?.. digo... te comes a la gente y esas cosas?- le pregunté curiosa, quería saber más de él y ahora que conocía su secreto, por fin sabría la verdad de las cosas sin enredos.

Mientras hacia su sopa de pollo me reí tras escuchar su pregunta “que se siente ser vampiro?.. digo… te comes a la gente y esas cosas?” no pude evitar soltar una carcajada –No princesa no me como a la gente, como crees- dije serio viéndola, acaricié su rostro lentamente y bese su frente –Solo bebemos la sangre y somos vegetarianos, es decir; bebemos la sangre de los animales- sonreí al ver su carita de asombro y la miré –Eres super bonita- dije mientras la miraba de arriba abajo.

Me acerqué a ella y suspiré –En donde te lastimé- susurré acariciando su rostro con mis dedos lentamente bajando hasta su cintura y suspiré besando sus labios nuevamente, talvez lo mejor fuera separarme de ella poner distancia nuevamente debido a que lo que le había hecho no tenía perdón para mi, suspiré y baje la mirada –Creo que lo mejor será que nos separemos-

Miré a Edward concentrada cuando me explicaba que no se comía a la gente como creía, de hecho ni siquiera les quitaba su sangre, sino que solo se alimentaban de la sangre de animales. Siempre me sonreía y eso me embobaba de sobremanera.
Acarició mi rostro con suavidad mientras me preguntaba que en donde me había lastimado y pues bueno... en todo el cuerpo la verdad, pero eso no importaba, ya de a poco se me iba quitando el dolor. -No pasa nada, estoy bien- dije antes de que acariciara mi cintura y me volviera a besar en los labios. De pronto se alejó de mi tras ese exquisito beso y miró hacia el piso diciendome algo que me desconcertó pues no tenía relación con sus actos..."Creo que lo mejor será que nos separemos"... hablaba en serio? de que se trataba esto?.
-Pero... pero si tu te vas quien va a cuidarme de esos otros vampiros?- pregunté con un tono de voz asustada, no quería que se alejara de mi -creí que ibas a protegerme...- añadí confusa. Los argumentos eran excusas, yo simplemente no podía estar lejos de él porque lo amaba.

Cuando escuché su tono de voz, y me metí en su mente para saber lo que pensaba, no quería que me alejara de ella asi que solo sonreí y la abracé a mi cuerpo –Ya no tienes que ocultar tus pensamientos conmigo- susurré mientras besaba su cabello –Yo te voy a proteger pero me da miedo volverte a hacer daño como hace rato- dije mientras acariciaba su espalda lentamente sintiendo uno que otro estremecimiento y sus ojos hermosos me vieron y solo me limite a sonreir.

Mire su rostro, ese rostro que me encantaba, que me volvia loco, era la chica de la cual me estaba enamorando, la abracé fuerte a mi y la tomé de la cintura mientras sentía como sus ojos se inundaban de lagrimas y comencé a besar su cuello, sus mejillas, su frente –No quiero hacerte daño- susurré nuevamente era lo que menos quería en la vida.

Para ser sincera, no me gustaba para nada la idea de que Edward conociese cada pensamiento que tenía cuando se le antojara... era horrorizo e incluyo algo un poco humillante.
Me abrazó con ternura y yo puse mis brazos alrededor de su cuerpo también, colocándo las palmas de mis manos en su espalda.
-Daño me harás si te apartas y me dejas sola- le dije aún conservando el abrazo, me gustaba la sensación que se producía al tener nuestros cuerpos unidos.
Quería besarlo, pero no podía hacerlo pues mi herida del labio recién cicatrizaba y se podía volver a abrir con el roce producido por un nuevo beso. Apoyé mi mejilla en su pecho y recordé la última vez que había hecho eso, un acto que me provocó descubrir lo que realmente era mi Edward... un vampiro que supuestamente quería protegerme de él mismo antes que del resto que andaba allá afuera.

Suspiré tras escuchar lo que decía para me acerqué a sus labios y le di un ligero besito, sonreí de lado al verla sonrojarse –Me encanta ese color rojo que toman sus mejillas cuando hago esto- dije y volvi a besar sus labios con varios besitos sin abrir su boca que tenia una ligera cortada hecha anteriormente por mis dientes, la tomé de la cintura y la acerqué mas a mi abrazandola lentamente sintiendo nuestros cuerpos pegados el calor de uno y la frialdad de otro, sonreí ante lo ironico del asunto, jamás me hubiera imaginado asi con una humana que no fuera mi cena.

Sonreí y volvi a darle un par de besos en sus delicados labios –Ahora debo contenerme a morder tus labios porque ya viste la furia que desatas en mi- dije acariciando su cintura lentamente pegándola a mi, sintiendo su respiración acelerada debido a la cercanía de nuestros cuerpos, la acerqué mas y logre distinguir el palpitar de su corazón.

Se acercó a mis labios y los besó ligeramente para que no se abriera la pequeña herida, tomó mi cintura despacio y de ese modo me apegó más a su cuerpo haciendo que me volviese a estremecer por el contraste de nuestras temperaturas.
-No te contengas... - dije contra sus labios, todo estaría bien, confiaba profundamente en él y sabía que no iba a matarme. Llevé mis manos habia sus mejillas y las acaricié despacio mientras lo miraba, sentía que estaba tocando un trozo de hielo, pero poco a poco me estaba acostumbrando.
Jamás creí estar algún día con Edward de esta manera, menos considerando el modo en el que me trataba en un principio... ni siquiera me saludaba y ahora en cambio parecía no querer soltarme. Puse mi cabeza sobre su cuerpo y cerré los ojos relajada por completo, sabía que de cierto modo estar con un vampiro no era de lo más seguro... pero yo no quería creer eso, sino todo lo contrario... no podía estar mejor con nadie más.