Pequeñas vacaciones[Edward]

Edward estaba empeñado en llevarme a la isla para hacer que olvidara el incidente de mi casa, es por eso que a penas llegamos a la mansión Cullen, Edward me llevó hasta su cuarto y fué a hablar con Carlisle mientras yo le esperaba allí. Al poco rato llego con un juego de llaves en la mano y me besó dulcemente los labios mientras me sonreía. Cogió una maleta y empezó a empacar algunas cosas, yo solo lo miraba aún sentada en la cama, imaginándome como sería esta estadía tan perfecta que lucía como si se tratase de nuestra luna de miel. Sonreí al pensar en eso, era curioso hacer la luna de miel antes de la boda, pero para mi todo era maravilloso.
El mismo Carlisle se ofreció para llevarnos al aeropuerto y así fué como nos embarcamos en el avión con destino a Brasil que era el sitio donde quedaba la isla.
El viaje fue tranquilo, es más, dormi todo el camino en los brazos de Edward asi que ni siquiera noté cuanto habíamos tardado. Edward me despertó cuando estabamos llegando y yo aún somnolienta me bajé del avión junto a él.
En el aeropuerto tomamos un taxi, el cuál nos llevó hasta un pequeño muelle en donde nos bajamos y empezamos a caminar en dirección a una lancha. Subimos en ella, Edward me ayudó a hacerlo y fue el mismo quien desde su bolsillo tomó una de las llaves que Carlisle le había pasado y puso en marcha la lancha camino a nuestra isla.
Estaba super emocionada, miraba curiosa todo lo que podía ver y Edward en tanto sonreía al verme tan feliz.
No tardamos tanto, no fue más de 20 minutos y ya podía ver la isla desde el mar.


Desde aquí se podía ver una enorme casa rodeada de palmeras y vegetación, sin duda era hermosa y no podía creer que junto a Edward pasaríamos unos días en ella.
Por fin habíamos llegado. Edward detuvo la lancha y bajó para amarrarla en una especie de pequeño muelle que tenían y luego volvió a subir para ayudarme a bajar. Sonreí al pisar esa arena tan suave y blanca, no había duda de que lo pasaríamos increible aquí.

Llegamos a mi casa y rápidamente la lleve a mi cuarto, debía hablar solo con Carlisle para utilizar mis labores de consentimiento, hablé con el de lo que había sucedido en la casa de Emma, de cómo todo había sido destruido por Felix, a lo que Carlisle contestó positivamente ante mi petición de llevar a Emma a la Isla Esme, sonreí y abracé a Carlisle quien se ofreció también a llevarnos al aeropuerto para no dejar el auto estacionado ahí por los días que estaríamos, acepte rápidamente su propuesta, pero antes debía darle la sorpresa a mi amada Emma, Carlisle me dio las llaves de la casa y de la lancha en la que nos transportaríamos en el lugar y subí corriendo a mi habitación en donde se encontraba Emma, le enseñé las llaves a lo que ella sonrió y la besé rápidamente en los labios, fue un beso corto pero muy dulce.

Comencé a empacar algunas cosas, Alice me dio un par de ropas para playa para que Emma las usara al igual que le había comprado un traje de baño anteriormente, Alice sabia que nos iríamos y jamás me dijo nada, siempre con sus sorpresitas, sonreí mientras empacaba todo, bajamos al salón y Carlisle nos esperaba, todos se despidieron amablemente de nosotros y nosotros de ellos, al llegar al auto, fue en un abrir y cerrar de ojos que llegamos al aeropuerto en el cual el vuelo ya estaba reservado a mi nombre, nos subimos al avión el cual nos llevó hasta Brasil, en el avión Emma durmió todo el tiempo por lo tanto no se dio cuenta de lo mucho que tardamos, o bueno yo no podía estar tranquilo asi que para mi fue bastante tiempo. Al llegar a nuestro destino, tomamos un taxi que nos llevo a un muelle, había una lancha mas del estilo de un yate pero mas pequeño, tomé una de las llaves y comencé a navegar dicho transporte.

Luego de 20 minutos a lo lejos se podía divisar la Isla, la hermosa Isla Esme, en un santiamén llegamos a nuestro lugar para dos, si, talvez parecía una luna de miel, una luna de miel antes del matrimonio, era algo espectacular el simple hecho de pensar todo lo que íbamos a pasar juntos ahí, nadie sabia de la existencia de la Isla, afortunadamente ni los Vulturis, ahí perdíamos comunicación con el mundo en su totalidad, al llegar a la isla atraqué la lancha en un espacio que tenia determinado, me bajé y la amarré en el muelle ayudé a bajar a Emma la cual sonrio al pisar la arena y susurré al verla –Te gusta lo que ves?- la abracé mientras veía todo el lugar, realmente era maravilloso.

- Me encanta- le contesté a Edward mientras me abrazaba y yo también a él. Nos besamos ambos de pie y Edward aún me enrollaba con esos fuertes brazos, separé nuestros rostros al cabo de un momento y sonreí mientras le miraba a los ojos -vamos, ve a mostrarme cada rincón de esta isla- dije tomándole la mano con mucha delicadeza y cariño, entrelacé nuestros dedos y comencé a caminar arrastrándole - ya vamos más rápido - dije jugando jalándole del brazo.

Mis pies se enterraban en la arena y me costaba avanzar por culpa de eso, en cambio a Edward era ágil en todo tipo de terrenos... eso me daba un poquito de envidia la verdad, pero envidia que se me quitaría una vez fuese vampira como él y pudiese por fin dejar de ser tan torpe y frágil.
Edward me tenía muchísma pasiencia pues no me apuraba para nada pese a que tardaba demasiado en solo llegar a la puerta de entrada de la casa. Llegué a las escaleras de la entrada y sacudí un poco mis pies para quitar el exceso de arena de mis zapatos, Edward se me adelantó y abrió la puerta con las llaves que Carlisle le había pasado.
El lugar era bellísimo, todo lo que había ahí dentro combinaba a la perfección, fue cuando entendí que la decoración había sido hecha por Alice seguramente, pues a ella le encantaba preocuparse de cada detalle y pues aquí claramente lo habían conseguido así. Sonreí mientras entraba maravillada por todo lo que veía, había un sillón precioso el cual me llamaba a sentarme y echarme, pero primero quería recorrer el resto de la casa con mi guía turistico favorito.

Sonreí mientras íbamos hacia la casa y ella intentaba jalarme y yo me reía ya que ella se enterraba en la arena y yo iba ágilmente caminando hasta llegar a la puerta de la casa, se sacudió los pies y yo tomé la llave y abrí, al parecer lo que me decía su rostro le había encantado el lugar, la decoración había sido hecha por Alice, como siempre ella haciendo de todos los lugares tan “fashions” me reí al hacer la comparación, entramos y vió un sillón el sillón de Carlisle y Esme, era el mejor sillón de la casa, el mas comodo, y podias estar viendo el atardecer desde ahí, pero bueno eso ya seria mas tarde porque en este momento le enseñaría el lugar a Emma.
Entramos a la habitación principal que estaba realmente bonita y la abracé por la espalda susurrando en su oído –Aquí vamos a dormir tu y yo en nuestra estadia- sonrío mientras yo acariciaba su vientre esta chica me volvia loco me encantaba por completo estar con ella y mordí lentamente su lóbulo izquierdo –Te amo! No te lo había dicho hoy cierto?- dije mientras sonreía y ella se giró sobre si misma y me dio un beso dulce, tierno y apasionado al mismo tiempo.

Caminamos juntos hasta la habitación principal, la cual era muy amplia y acogedora. Edward me abrazó por la espalda mientras observaba la preciosa habitación y susurro en mi oido: Aquí vamos a dormir tu y yo en nuestra estadia ,sonreí al imaginarlo... seguía dandome esa sensación de que estábamos casados y ahora disfrutabamos de nuestra luna de miel. Sentí como mordío mi oreja y yo encogí mi hombro tras la sensación de escalofríos -si me lo habías dicho tontito, no hay día en que no me lo digas- le recordé, yo también lo amaba de sobremanera y no hacía falta leer mi mente para saberlo, pues mis acciones y miradas me delataban mucho más que las palabras que de mi boca salieran.
Me giré y lo besé durante unos segundos, podía existir una boca tan deliciosa? claro, solo la de él que me enviciaba y me hacía sentir cosas que las palabras no podían expresar.
De pronto comencé a recordar mis primeros días en la mansión Cullen, esos días cuando Edward con suerte me saludaba y se comportaba demasiado distante y hasta antipático conmigo, cuando yo estaba ya completamente enamorada de él. Acaricié su pelo y lo miré mordiendome el labio inferior - dime ... ¿por qué te caía tan mal en un comienzo? ¿que fue lo que pasó para que de un momento a otro te enamoraras de mi?- le pregunté confusa, jamás se lo había preguntado antes y sin duda era un tema de mi interés.

Sonreí cuando tuvo una sensación de escalofríos me reí cuando me dijo “si me lo habías dicho tontito, no hay dia en que no me lo digas” contestando a lo que me había dicho, suspiré mientras me besaba lentamente, me encantaba tener sus labios en los mios, su lengua acariciando la mia, suspiré mientras me besaba y comenzaba a acariciar mi cabello y se separo de mi acarició mi cabello y se mordió el labio diciéndome “dime… ¿Por qué te caia tan mal en un comienzo? ¿Qué fue lo que pasó para que de un momento a otro te enamoraras de mi?” me reí al recordar esos tiempos, era realmente tonto, como podía comportarme de tal manera con ella.

La miré y tomé su mano –Lo que sucedia es que desde el principio me moria por ti, me encantabas, estaba enamorado de ti desde el principio- susurré en su oído mientras apretaba su mano lentamente –No podía decírtelo porque no sabia como lo iba a tomar la familia, recuerda que yo soy vampiro y tu eres humana- dije mientras la miraba y ella me escuchaba sin decir ni una sola palabra –Entonces, no podía decírtelo y no podía dejarme llevar, me supe controlar pero por lo mismo te evitaba- susurré mientras la giré sobre ella misma mientras comenzaba a besar su cuello –Ahora me entiendes?- dije mientras ponía su mano en mi cabello y la miraba a los ojos.

Escuché atentamente las palabras de Edward y no pude ocultar la sorpresa tras todo lo que dijo, no tenía la menor idea de que siempre estuvo enamorado de mi tal como yo lo había estado de él.
Lo miré a los ojos y acaricié su pelo enredando mis dedos en él -no puedo negar que me sorprendiste- susurré acariciando mi nariz con la suya que estaba muy fría. Era gracioso saber que había sufrido tanto con sus rechazos cuando me amaba realmente, de todos modos era posible que él también hubiese sufrido al no poder mostrarme sus verdaderos sentimientos... no se como le había hecho para convencer a Edward de que se decidiera a amarme de una buena vez... pero estaba feliz de que al fin me haya correspondido.

Ella me escuchaba mientras yo hablaba, me miró a los ojos y acarició mi cabello, sonreí cuando me dijo “no puedo negar que me sorprendiste” suspiré cuando su nariz se encontraba acariciando la mia, abracé la cintura de Emma y besé su cuello lentamente, mordiéndolo un poco mientras ella acariciaba mi cabello y lo jalaba, suspiré y me mordí el labio mientras me separaba de ella y acariciaba su rostro -¿Por qué te sorprendi?- dije mientras entraba a la habitación y me acostaba en la cama y le hacia señas a Emma que viniera hacia mi, la miré un poco cansada por el viaje asi que lo mejor seria que descanzaramos un poco antes de salir a nadar o algo por el estilo, sonreí cuando se acostó en mi pecho y comencé a acariciar su cabello y su espalda sin parar.

Cerré los ojos al sentir el leve mordisco de Edward en mi cuello, no entendía como podía controlarse tanto como para no sacar sus colmillos y clavarmelos de una vez... su fuerza de voluntar era admirable.
Se separó de mi sonriente y vi como caminó hasta llegar a la cama y acostarse en ella, donde rápidamente me invitó a hacer lo mismo junto a él. Obviamente no me negué y caminé algo cansada para acurrucarme en su pecho.
- Como que por qué me sorprendi? por supuesto que iba a hacerlo, yo pensaba que me odiabas Edward, que no aborrecías a nadie más que a mi pues cada vez que te hablaba amablemente tu me evitabas y te largabas siendo muy tajante - la verdad no me gustaba recordar mucho eso, me había sentido muy mal durante ese tiempo... era horrible saber que la primera vez que te enamoras, te esquiban tanto al punto de ser descortés y antipático.

Sonreí cuando se estremeció ante mi mordisco, nos acostamos juntos y me dijo “Como que porque me sorprendi? Por supuesto que iba a hacerlo” sonreí y acaricié su cabello aun no entendía porque se había sorprendido hasta que dijo “yo pensaba que me odiabas Edward, que no aborrecías a nadie mas que a mi pues cada vez que te hablaba amablemente tu me evitabas y te largabas siendo muy tajante” al parecer lo había recordado muy bien ya que se estaba exaltando, la tomé del rostro y comencé a besar sus labios –Recuerda que eso ya paso porfavor, yo te amo siempre lo he hecho- dije mientras acariciaba sus mejillas lentamente y ella se sonrojaba notablemente, me gustaba estar con ella pero odiaba que recordara las cosas que antes hacia para evitarla.

Me tomó del rostro y me hizo callar con un beso, esos con los que no podía dudar que me amaba, pues en el me lo demostraba completamente. No dudaba que me amara, pero tal como el decía era mejor olvidar ciertas cosas del pasado que me lastimaban. Suspiré al recibir sus caricias en mis mejillas y asentí con la cabeza a sus palabras como toda una niña obediente.
En eso sonó el celular de Edward, vi como se urgeteaba los bolsillos buscándolo hasta dar con él, seguro eran Carlisle y Esme quienes llamaban para preguntar si ya habíamos llegado y esas cosas .... verdad?, prefería pensar en esa posibilidad antes de que fuesen noticias respecto a los Vulturis, no quería saber nada que tuviera relación a esos vampiros, sobretodo si se trataba de aquel que destruyo lo unico que tenía solo para conseguir mi tristeza y asustarme.
De pronto el dolor volvió a mi, pero Edward como estaba concentrado hablando no pudo ver mi cara de dolor, por lo que despacio me levanté y fui donde estaban las maletas para buscar mi unguento y aplicarmelo en mis adoloridas caderas. Rebicé las maletas y vi bastantes cosas que no eran mias, seguramente eran de Alice y Edward las había empacado para que las usara. Di finalmente con la crema y me la apliqué frotando mi piel despacio y casi automaticamente el dolor había disminuido mucho, era muy buena.
Volví a la habitación y justo Edward recién había colgado la llamada, otra vez me acosté en la cama y lo abracé - quien era? que paso?- le pregunté jugando con su pelo.

Me encontraba entre los brazos de Emma acariciandola, disfrutando de ella hasta que comenzo a sonar mi celular, me busque en los bolsillos antes de que dejara de sonar y conteste, era Esme; me llamo para preguntar sobre el viaje, me estaba preguntando cosas y sentí como la cama perdia un poco de peso, giré mi mirada hacia Emma y la encontré parándose yendo hacia su maleta, observé como caminaba, me encantaba su forma de caminar, estaba tan emocionado con ella que me perdí en el movimiento de sus caderas mientras mi madre seguía hablándome del otro lado de la línea, me reí al ver que me había perdido y solo seguí contestando que si nos cuidaríamos, que tendríamos cuidado, me reí un poco ya que se desesperaban mucho con ambos, nos querían demasiado, Esme era demasiado sobre-protectora, me pidió que cuidara a Emma que no la lastimara mas, que ya sabia lo que le había pasado en la cadera y que aunque Carlisle no le había querido decir ella sabia la razón, me reí tranquilizándola diciéndole que todo estaría bien.
Cuando Emma iba de regreso le dije a Esme que le hablaría cualquier cosa, me reí cuando me dijo porfavor cuídense y colgué el teléfono, Emma se acosto en la cama y descubrí que era mejor todo cuando estaba ella, sonreí al pensar eso y ella comenzó a acariciarme y jugar con mi cabello mientras me preguntaba “quien era? Que paso” sonreí y acaricié su cintura, logré percibir el aroma del ungüento de Carlisle, talvez le había dolido por eso se había ido, suspiré y susurré muy cerca de sus labios –Era Esme, quería saber como estábamos y estar segura que te iba a cuidar, eso lo sabes bien no?- dije mientras lamia lentamente su labio inferior y ella se estremecía ante mis caricias.

Asi que había sido Esme después de todo, al parecer no me había equivocado en predecirlo. Edward me lamió mi labio inferior mientras me acariciaba despacio, me estremecí sin poder evitarlo y me acerqué un poco más a su rostro para besar sus labios. Empecé a darle reiterados pequeños besos y luego me quedé en sus labios empezando a introducir mi lengua lentamente mientras enrollaba mis brazos en su cuello. Estaba realmente comoda besándolo deliciosamente, él tambien jugaba con mi lengua y de ese modo el beso se volvía más que perfecto. No sabía porqué con Edward me costaba tan poco aumentar la temperatura de mi cuerpo, pero siempre que empezaba a besarme un poco más apasionadamente con él terminaba excitándome rápidamente. Me separé un poco deshaciendo el beso y volví a acariciar su pelo - se que vas a cuidar de mi, tal como haces siempre... Esme no debería dudarlo- dije en un susurro.

Comenzó a besarme los labios con pequeños besitos, sonreí mientras lo hacia, comenzó a acariciar lentamente mis labios con su lengua y comencé a jugar con su lengua dejando que la introdujera dentro de mis labios, la acaricié del cabello, de las mejillas, su nariz, esta chica me parecía mas que perfecta, comencé a sentir como la diferencia de nuestras temperaturas comenzaba a ser mas notoria, estaba calentándose tal vez por la excitación del momento, suspiré mientras nos besábamos apasionadamente, se separó y me reí un poco mientras acariciaba su espalda y ella acariciaba mi cabello “Se que vas a cuidar de mi, tal como haces siempre… Esme no debería dudarlo” susurró muy cerca de mi a lo que yo le contesté –Eres lo mejor que me ha pasado y siempre voy a cuidarte- besé la comisura de sus labios y ella se rió un poco mientras me abrazaba fuertemente.

No había ninguna duda de que estaba profundamente enamorada de Edward Cullen, pues absolutamente todo de él me gustaba.
Preferí detener los besos y solo continuar con las caricias, de lo contrario si seguía besandolo así de apasionada, lo que continuaría no sería muy saludable para mis caderas... independiente de cuanto me gustase hacerlo con él. Poco a poco me fui acomodándo mejor, moldeandome perfectamente a su cuerpo.
Mis manos seguían jugando en su pelo, enredando mis dedos en él y luego desenredandolos en reiteradas ocaciones, dándole incluso algunos jalones. -Me gusta tu pelo- dije a penas abriéndo los labios, estaba muy cansada y ya la voz casi no me salía. Cerré los ojos... pensando que solo descansaría un rato, pero sin darme cuenta fué como me quedé profundamente dormida, aún con mi diestra en el cabello de mi vampiro.

Empezó a caer totalmente dormida mientras acariciaba mi cabello, mientras me decía en un balbuceo “Me gusta tu pelo” sonreí mientras me seguía acariciando y se quedaba dormida, quité poco a poco la mano de Emma de mi cabello y me salí de la cama, fui al baño a ponerme mi bañador y mojé un poco mi cabello al igual que mi cara, me quite la playera al igual que los jeans y el bóxer, me puse el bañador que tenia en mi maleta y comencé a ir hacia afuera, miré hacia la cama y Emma estaba acostada, sonreí al verla dormida y la cubri con las sabanas dándole un beso en la frente.
Salí de la casa llegando a la arena de la playa mis pies la tocaron y sonreí, el sol estaba en su punto, mi piel comenzó a brillar, no había porque preocuparme ya que no había nadie quien pudiera ver que mi piel era brillante a la luz del sol, parecían espejos brillosos, sonreí ante la comparación y me acosté un poco en la arena como si pudiera broncearme.

Me había quedado profundamente dormida en el regazo de Edward, estaba muy cansada asi que ni me había dado cuenta del momento en que me dormí.
Abracé lo primero que encontré pensando que era Edward, pero al sentirlo tan blando noté que no era él y a diferencia estaba abrazando a una de las almohadas de la cama.
Al parecer ya había pasado un buen rato, pues el clima había cambiado un poco, el sol pegaba fuerte en mi rostro, mientras que en la mañana cuando recién habíamos llegado las nubes lo tenían cubierto.
Edward no estaba en la habitación... a donde había ido? , era increible la dependencia que tenía de él, pues mi mente ya me estaba obligando a buscarlo para no perderle el rastro. Me levanté de la cama aún somnolienta y empecé a buscarlo por toda la casa sin dar con él, hasta que se me ocurrió ir al exterior, quizá estaba en la playa disfrutando del día.
Bajé las escaleras de la entrada y a lo lejos lo ví en la orilla del mar, disfrutando del agua ... pero algo no estaba bien, lucía un poco diferente.
Me acerqué a él lentamente, pues mis pies se enterraban en la arena impidiendome avanzar rápido, hasta que por fin llegué a escasos metros de él. Lo miré confusa al ver como su piel brillaba extrañamente, como si se tratasen de millones de diamantes preciosos cubriendo su fría piel de vampiro. -Edward- le grité para que volteara, mientras seguía avanzando enterrandome en la arena.

Estaba acostado en la arena concentrado en disfrutar de unas vacaciones con la mujer que mas había amado en toda mi vida, suspiré y pasé mi mano por mi cabello, después de un rato de quedarme meditando acostado, comencé a escuchar una revolución adentro de la casa, supuse que Emma me estaba buscando, suspiré como si no hubiera escuchado nada y Emma salió de la casa, efectivamente no me había equivocado, intentaba caminar pero como a la llegada los pies se le enterraban en la arena, me gritó “Edward” giré mi mirada al encontrarme con ella me levanté y la tomé de la mano, -ven siéntate conmigo- susurré mientras me acostaba en sus piernas.

Al parecer había notado el cambio en mi piel, estaba totalmente brillante y yo me reí –Es mentira eso que no podemos salir al sol porque nos quemamos, pero ve el efecto que hace el sol en mi, por eso no puedo estar en un lugar donde haya sol, llamaría mucho la atención- dije sin que ella me dijera nada solo se limitó a acariciarme el cabello pero aun seguía anonadada con el brillo de mi piel.

La miré mientras me re acomodaba sentandome a su lado y acariciaba su rostro -Te asusta verme asi? Por que mira que podemos entrar a la casa y hacer como que nada de esto sucedio- dije mientras acariciaba su rostro y su barbilla mientras ella negaba con la cabeza, pero pude observar que estaba como en un estado de incredulidad mayusculo, bueno nadie se imaginaria que su novio brillaba con la luz de el sol, a mi tambien me hubiera asustado, pero es que nunca me habia preguntado y no creí que le fuera a molestar.

Me senté junto a Edward, quien en un principio se acostó apoyándose en mis piernas mientras notaba el asombro de mi cara por verlo brillar. Comenzó a explicarme que era el mismo sol quien en vez de debilitarlo o afectarle como dicen las leyendas, éste le permite brillar de esta manera y que por lo mismo siempre permanecía alejado de él para no llamar la atención y parecer un humano más. Acaricié su pelo sin dejar de mirarle, estaba sorprendida pues jamás había visto algo así en mi vida, era hermoso.

Te asusta verme asi? Por que mira que podemos entrar a la casa y hacer como que nada de esto sucedio dijo a mi juicio un poco nervioso, negué con la cabeza pero sin quitarle la vista de encima , por supuesto que no me asustaba verle así, solo que llamaba mucho mi atención, pues era algo totalmente alejado de la imaginación de cualquiera al pensar en el efecto del sol sobre un vampiro.
- No seas tontito vampiro, lo unico que me asusta es que algún día te separes de mi- dije acercándome a su rostro y pegar mi frente con la suya. Suspiré estando en esa posición con él y cerré los ojos , disfrutando de su fría frente contrastada con la mía.

La mire y me dijo "no seas tontito vampiro" me daba risa que me dijera vampiro, tome su barbilla y acaricie sus labios con los mios y suspire en ellos cuando me dijo "lo unico que me asusta es que algun dia te alejes de mi" sonrei y acaricie su menton mientras me acercaba a su cuello y lo besaba lentamente comence a sentir como se estremecia y me rei -Pense que dirias que soy un monstruo al verme de esta forma- dije con un poco de resignacion ante lo que decia, todo el mundo pensaria que era un monstruo por eso no me agradaba la idea de que ella pensara lo mismo, al parecer ella no pensaba igual que yo.

Le sonrei mientras escondia mi rostro en su cuello y ella se rio un poco mientras alborotaba mi cabello y yo susurre en su oido -Por que te gusta mi pelo si es tan feo mordi su oreja y ella grito y me carcajee mientras la abrazaba fuertemente y la tire en la arena y comence a hacerle cosquillas mientras ella me pedia una y otravez que parara, me rei mientras seguia en lo mio.

Me estremecí al sentir sus labios en mi cuello, pues no solo porque me hiciera cosquillas sino porque me daba la sensación de que iba a morderme en cualquier momento, no era que no confiara en el, todo lo contrario, solo que sabía que la tentación para él era demasiado grande pues se trataba de un vampiro a fin de cuentas, un vampiro sediento de sangre y no había otra que desease más que la mía.
-No me pareces un monstruo, más bien me pareces un vampiro- dije jugando y Edward se escondió en mi cuello mientras yo me reía y jugaba con su pelo, en serio me encantaba y no sabía por qué.
-No se Edward, solo me encanta y ya- respondí a sus palabras y luego empezó a morderme y a hacerme cosquillas -Ya ya basta, detente - le dije mientras me reía pero él no cedía a mi petición -por favor !!! - dije gritando de la risa y ahí al fin se detuvo, pero no sin antes darme un dulce beso.

Lo miré a los ojos y le sonreí algo cansada por reirme tanto -creo que debería ir a ponerme traje de baño como tu - dije levantandome de la arena y sacudiendome un poco. Le sonreí por última vez y caminé hasta la casa, llendo hacia la maleta en donde encontre el bikini que había visto que Edward había empacado.

Me reia ante lo que decia mientras lamia su cuello y ella jugaba con mi cabello mientras me decia que simplemente le encantaba, cuando comence a hacerle cosquillas gritaba por que parara pero no iba a parar por lo menos en un rato, comenzo a jugar conmigo gritando y suplicandome que parara, pare despues de un largo rato de molestarla con las cosquillas y bese delicadamente sus labios, su respiracion era agitada cuando nos separamos y no pude evitar hecharme una carcajada, se levanto y me dijo que debia ponerse el traje de baño a lo que yo simplemente asenti mientras observaba como se hundia en la arena y luchaba hasta llegar a la puerta de la casa, la cual no quedaba si no a escazos centimetros de donde estabamos pero a ella le parecia una eternidad, me la imagine en su traje de baño luciria hermosa.
Cerre los ojos con esa imagen que me traspasaba los sentidos cuando escuche que cerraban la puerta principal, gire mi mirada y ahí estaba ella, usando ese bikini amarrado al cuello, dejando ver sus perfectos senos, ese trasero bien formado, esa cintura perfecta, ese vientre plano, esas piernas torneadas, su cabello rubio tomado tan solo por una pinza poniendolo en forma de una cola de caballo, sus pies calzados con unas diminutas sandalias, literalmente me quede boquiabierto, para mi la perfeccion fisica no existia hasta poder divisar aquella bella escultura que el cielo regalaba como si fuese un angel se acerco hacia mi, podria decir que hasta le vi las alas pero me llamarian mentiroso, al verla tan cerca de mi me levante ante su belleza haciendole una reverencia susurre -Luce usted maravillosa, no hay palabras para describir esta belleza que tengo ante mis ojos, sobre pasa el entendimiento, sobre pasa lo sobre natural, es usted increiblemente bella Señora Cullen- le dije soltando lo ultimo de golpe haciendo que se sonrojara no pude evitarlo y lleve mis manos a esa cinturita y la acaricie mientras ella miraba como me deleitaba en su figura.

Por fin había dado con el bikini y me fui a cambiar al baño, no tarde mucho tiempo y ya estaba lista. Me miré al espejo poco convencida, hace mucho no me ponía uno como este. Me resigné y sali del baño dispuesta a volver a la arena junto con mi vampiro. Bajé las escaleras con cuidado y noté como Edward rápidamente se puso de pie y comenzó a verme de arriba a abajo.
Se acercó a mi y comenzó a halagarme con muchísima cortecía, sacando a flote toda esa vida que había tenido hace tantos años atrás. Era gracioso que a veces Edward siguiese expresandose como si perteneciera a otra época, cuando realmente hace bastante que estaba adaptandose a ésta, de todos modos me encantaba que fuese así, lo hacía lucir muy cortés y me hacía sentir como una princesa.
Sonreí ante sus palabras y sobre todo ante lo de "señora Cullen" , seguramente me había sonrojado pues Ed acarició una de mis mejillas mientras que con la otra mano acariciaba mi cintura.
- Nadie jamás me había dicho algo tan bonito - susurré enrollando mis brazos en su cuello, estaba feliz de poder tenerlo conmigo, no sabía como había conseguido que se fijase en mi, pero ahora solo debía preocuparme por mantenerlo a mi lado para siempre.

No podia creer que ante mi se encontrara tal belleza, suspiré cuando enrrolló sus brazos en mi cuello y la miré a los ojos “Nadie jamás me había dicho algo tan bonito” me reí y susurré mordiendo su lóbulo izquierdo –Realmente soy el primero en todo y eso me agrada, espero ser el único- dije esto mientras la cargaba y la llevaba hacia la orilla de la playa; una vez ahí comencé a adentrarme con ella en brazos mar adentro, ella sonreía viéndome a los ojos, estaba pasando el momento mas hermoso de mi vida a lado de la mujer que mas amaba en el universo, me acerqué a sus labios susurrando –Sabes nadar?- el agua me llegaba a la altura de mi pecho, a ella le llegaba un poco arriba de los hombros, me reí un poco y besé su mejilla.

Ella no se soltaba de mi y definitivamente yo no quería soltarla, la tenia pegada a mi por la cintura mientras mis manos se recreaban en ese bellísimo conjunto de cadera y cintura que el cielo me había regalado, algo bueno debía haber hecho en la vida para tener a esta mujer a mi lado, ella me amaba y yo la amaba a ella, lentamente jugué con su nariz y la mia mientras nuestras frentes se pegaban y susurré –Te amo mi amor- antes de propinarle un delicado beso en sus labios que desde hace un buen rato me estaban llamando, me separe un poco y susurré en su oído –Mi señora Cullen- esa noche definitivamente seria la noche de la peticion que se casara conmigo oficial, tenia el anillo en mi maleta todo estaba "friamente calculado".

Por supuesto que era el primero en todo, no había duda de eso y lo bueno era que él era consciente de eso. Me cogió en sus brazos tan rápido que no me di cuenta cunado ya estaba arriba, sonreí pues las habilidades de Edward nunca dejaban de sorprenderme.
Poco a poco fue caminando hasta la orilla, adentrandose en el mar hasta finalmente ambos tener los cuerpos dentro del agua. Asentí con la cabeza cuando me preguntó si sabía nadar, claro que sabía pero eso no sería impedimento para que no lo soltara, pues no quería despegarme de su cuerpo y dejar de sentir su frío tacto al cuál día a día me acostumbraba. Nuestras narices jugaron y luego nuestros labios se besaron acompañado de un dulce "te amo" por parte de ambos.
Sonreí cuando me llamo "señora Cullen" cualquiera diría que yo estaba casada con Edward cuando la verdad es que ni siquiera estabamos comprometidos, aunque para mi no hacía falta estarlo, yo así estaba perfecto junto a él, yo ya me sentía parte de su vida y no tenía dudas de su amor, además para mi este viaje seguía siendo nuestra especie de luna de miel, lo que sin duda estaba encantada de disfrutar.
-Me haces sentir vieja cuando me llamas así- dije llevando mis manos a sus hombros, afirmandome de él. El agua no estaba tan fría o seguramente lo estaba, pero nada comparado con la piel de un novio vampiro.